Los restos de la cena todavía se pueden aprovechar eficientemente:
aprovechar restos de alimentos no solo nos permite ahorrar recursos, sino que también es una excelente manera de probar nuevas y creativas recetas. Con las sobras del asado del fin de semana puede preparar un colorido salteado con verduras crujientes, y unas patatas y un poco de arroz se pueden transformar rápidamente en unas deliciosas y crujientes hamburguesitas. El tipo de conservación que elijamos también resulta importante para aprovechar eficazmente todos los restos. Almacenar los alimentos ya cocinados de forma segura prolonga su conservación, permitiéndole transformarlos en nuevos y deliciosos platos uno o dos días más tarde. Le mostramos las diferentes posibilidades a la hora de aprovechar restos y cómo prolongar su conservación.
931 millones de toneladas: es el peso de los alimentos que terminan en la basura en todo el mundo cada año. La cifra representa alrededor del 17 % de la producción mundial de alimentos. Solo en Europa, la cantidad media de desperdicios es de 113 kg por cabeza. Con ello se echan a perder valiosos recursos sin haberlos aprovechado: el cultivo y el transporte requieren de grandes cantidades de agua, energía, superficie y mano de obra.
A menudo, ni siquiera sería necesario deshacerse de los restos. Una despensa bien pensada y un buen aprovechamiento de los restos minimiza el desperdicio, contribuye a nuestra economía y nos permite ampliar el menú. Para ello, todo lo que necesita es contar con alguna que otra idea creativa para reaprovechar los restos y contar con algún que otro ayudante.
Consejo: Para evitar el desperdicio de alimentos en general, es importante asegurarse, desde el mismo momento de la compra, de que solo llega a casa lo que realmente se necesita. La elaboración de menús puede ser útil. Al prepararlos, también puede tenerse en cuenta cómo reaprovechar los restos de cada plato. Así generaremos menos desperdicios, algo en términos de sostenibilidad, pero también para nuestro bolsillo.
¿Sus invitados comieron más con los ojos que con la boca? ¿O quizás se pasó con las cantidades? Las sobras de carne y verduras no tiene por qué tirarlas: reutilícelas para crear otros platos diferentes y, además, ahorrar tiempo. Y es que reaprovechar los restos no solo ahorra recursos y dinero, sino también horas de trabajo en la cocina. ¿En busca de ideas?
Numerosas delicias culinarias las debemos a clásicos del aprovechamiento de restos. La pasta, junto con unas verduras y huevo, se transforma en un almuerzo rápido; con el puré de patatas prepararemos unas croquetas de patata y con unos restos de arroz, junto con restos de verdura y huevo, daremos forma a unas hamburguesitas.
Alimentos frescos, secos, cocinados o todavía crudos: el almacenamiento adecuado es fundamental para poder reaprovechar los restos de forma segura. Si pensamos reutilizarlos al día siguiente, generalmente basta con guardarlos en el frigorífico. Esta regla también se aplica a muchos productos frescos. Pero, cuidado: no todo lo que llega directamente del supermercado debemos conservarlo en el frigorífico. Los tomates, los plátanos o las naranjas no deben almacenarse en frío. Para disfrutar de alimentos frescos más tiempos merece la pena aprender qué alimentos debemos almacenar en el frigorífico.
¿Y si no podemos reutilizarlos al día siguiente? Muchos restos admiten congelación. Es el caso, por ejemplo, de la carne ya cocinada, la mayoría de las verduras y complementos como salsas, caldos y quesos.
Importante: Las patatas crudas se pueden congelar. Perderían toda su consistencia y adquirirían un cierto aroma dulce. Los huevos también deben consumirse a su debido momento. En el caso de los huevos crudos, correría el riesgo de que estallen al expandirse el líquido con el frío. Los huevos cocidos adquieren una consistencia gomosa.
Lo que no deba ir al frigorífico, lo guardaremos en la despensa: guarde los paquetes abiertos de pasta, avena o harina, así como las especias y hierbas ya abiertas, en un armario seco y oscuro. Consejo: Pase los restos de comida en fiambreras o frascos. Así los protegerá de posibles polillas y se conservarán en buen estado durante más tiempo.
Por norma general,
Creativity knows no bounds. Dry toast or rolls can be combined with sugar, eggs and milk to make poor knights of Windsor. Raw or cooked leftover veg can be whipped into a creamy soup in a jiffy. Wilted lettuce or spinach can be blended with fruit to make a green smoothie.
Try using leftover food in different ways: to make innovative recipes, mix together ingredients that at first glance don’t go together. For instance, apple and strong cheese make a great team. You can create a summery salad with leftover melon and feta.
Freezing, canning, vacuum sealing, drying: there are many ways to preserve food. Fruit and vegetables can be canned and meat and fish can be vacuum sealed. Virtually all foods keep considerably longer after a few hours in an automatic dryer or in the oven on a low heat.
From leaves to cores, (almost) everything is edible: that’s the idea behind the food upcycling trend. For instance, kohlrabi, cauliflower and celeriac leaves are all edible, as are mango, orange, lemon and kiwi peel or melon and papaya seeds. But be careful: if you want to eat or reuse the peel, it’s best to opt for organic varieties.