Entrenamiento en altitud: por qué los deportistas de resistencia entrenan a gran altura

Entrenamiento en altitud: por qué los deportistas de resistencia entrenan a gran altura

Junio 2022

El Tour de Francia un año más. Con el segundo grand tour del año, llega el momento cumbre de la temporada y la motivación de nuestros chicos del BORA – hansgrohe no puede ser mayor. Antes de una vuelta de tal envergadura, los ciclistas profesionales suelen ir a un centro de entrenamiento en altitud, donde no solo se mentalizan para los largos ascensos, sino que realizan un acondicionamiento físico que les facilitará el trabajo posterior. Nos hemos preguntado por qué hay deportistas que entrenan en altitud, qué efecto tiene esta en el cuerpo y qué opinan los miembros de la Band of Brothers de un entrenamiento de estas características.

Créditos fotografía:

BORA – hansgrohe

BORA – hansgrohe / Sprintcycling

La reacción del cuerpo

En primer lugar, analicemos el aspecto fisiológico del entrenamiento en altitud. A partir de aprox. 2000 m, la cantidad de oxígeno en el aire baja considerablemente. Este desequilibrio hace que el cuerpo produzca más glóbulos rojos, que son los responsables de transportar el oxígeno en la sangre. Una capacidad mayor de transporte compensa el déficit de oxígeno en el aire. La altitud óptima para este tipo de entrenamiento son unos 2200-2400 m. Para conseguir el mejor efecto posible, el deportista debe permanecer de dos a tres semanas en el centro de altitud. De vuelta a una altitud normal, el exceso de glóbulos rojos en la sangre se mantiene un par de semanas, lo que se traduce en una mayor resistencia física. Este efecto aparece después de uno o dos días y da paso a un primer pico seguido de unos días durante los cuales el deportista siente algo más de cansancio. Después de entre dos y tres semanas, se produce un segundo pico. Pensando en una vuelta de tres semanas de duración, se pueden planificar los dos picos para los momentos que requieran el máximo esfuerzo. Antes de realizar un entrenamiento en altitud, un ciclista aficionado debe asegurarse de tener un estado físico perfecto y, durante el mismo, deberá reducir su intensidad, ya que, de lo contrario, el entrenamiento en altitud puede tener rápidamente consecuencias negativas.

En pequeños grupos hacia el éxito

BORA - hansgrohe recurre a menudo al entrenamiento en altitud. Dan Lorang, Head of Performance, nos aclara: «Incorporamos sistemáticamente el entrenamiento en altitud. Hay que ver en cada caso individual si el entrenamiento es apropiado para el ciclista. Además tenemos que adaptar el plan de entrenamiento según convenga.» En altitud, el equipo suele entrenar en bloques de dos partes, o sea, dos días de esfuerzo y un día de regeneración. En cambio, para los demás entrenamientos lo habitual es hacer bloques de tres partes. Al final, cada ciclista realiza al año un total de hasta cuatro entrenamientos en altitud. El mayor esfuerzo del entrenamiento en altitud merece la pena no solo en cuanto a la capacidad de transporte de oxígeno en sangre. También el recluirse en la montaña ofrece la mejor oportunidad para trabajar con la máxima concentración. O como dice Dan: «Comer, entrenar, dormir. No hay mucho más que hacer, pero eso une.» La formación de grupos reducidos (de ciclistas —a ser posible de la misma especialidad—, entrenador, fisio y, en caso dado, cocinero y mecánico) garantiza una orientación óptima sin distracciones y aumenta la eficiencia deportiva en comparación con un centro de entrenamiento donde esté reunido todo el equipo. En casos individuales, los ciclistas van incluso solos al centro de altitud, en la más estrecha coordinación con su entrenador.

Nieve, caballos y rutas de senderismo

La estancia en el centro de altitud también es fuente de anécdotas. A Emanuel Buchmann le encanta el entrenamiento en la montaña, especialmente en verano. Por propia experiencia sabe que a esa altura también puede nevar en verano, por lo que siempre sube equipado con unos rodillos de entrenamiento. A Jai Hindley también le ha sorprendido alguna vez la nieve. Para estos casos, el entrenamiento con rodillos o un vehículo para el traslado a un lugar más bajo son la solución. El ganador del Giro 2022 aprecia sobre todo la naturaleza y, por un periodo breve, «vivir como un monje» en las montañas. Allí también se encuentra a gusto Patrick Gamper, tirolés de procedencia. Del entrenamiento en altitud le gusta especialmente la tranquilidad, aunque todos los días tenga que hacer muchos metros en altura, que en realidad no es su fuerte. Pero incluso un gregario importante para terreno llano o irregular puede beneficiarse del entrenamiento en altitud. Una vez fue con sus hermanos —también ciclistas— a un lugar tan apartado, que en los primeros días, los caballos que pastaban por allí, destrozaron una entrega de pan que les llevaba el panadero local por las mañanas. Para Giovanni Aleotti tampoco fue siempre todo conforme al plan; en una ocasión, su entrenamiento en altitud empezó por el día de descanso porque su bicicleta llegó al hotel el segundo día. Una preparación perfecta lo es (teóricamente) todo: también respecto a la selección de los recorridos. De lo contrario, puede suceder que se tenga que cambiar la disciplina deportiva y continuar a pie sobre grava, en terrenos donde los vehículos de apoyo se quedan atascados. Pero así es como surgen las mejores historias, que permanecen luego durante más tiempo en la memoria.

Cuando incluso los velocistas suben a la montaña

Para muchas de las concentraciones de entrenamiento en altitud, BORA - hansgrohe utiliza el Ötztal, la región oficial de entrenamiento del equipo. Los ciclistas aprecian las óptimas condiciones para el entrenamiento del lugar, así como el efecto que consigue un entrenamiento en altitud, aunque este sea duro. Como velocista, Jordi Meeus, no está preparado físicamente para ascensos largos. Ya conoce bien el sufrimiento que lleva aparejado el entrenamiento en altitud, pero le anima recordar cómo siente después su efecto a una altitud normal. Su compañero Matt Walls, velocista también, solo ha realizado un entrenamiento en altitud, pero con la mejor compañía. Cuando estaba en la categoría sub-23, entrenó con Michael Matthews (subcampeón mundial en 2015, victorias de etapa en los tres grand tours), lo que supuso un gran impulso para su carrera, sobre todo por la motivación y la inspiración que recibió. Tampoco Lennard Kämna, Cesare Benedetti y Patrick Konrad pueden prescindir del entrenamiento en altitud previo a un grand tour porque, aparte del estrés que implica, también proporciona siempre momentos de tranquilidad. ¿Y dónde mejor que en la cima de una montaña de impresionantes vistas para disfrutarlos?