El principio BORA: La innovación tras la idea

El extractor de superficie original BORA es más eficiente que las campanas extractoras convencionales. ¿Por qué?

En BORA, no permitimos que los vapores de cocción y los olores lleguen a elevarse, puesto que se aspiran directamente donde se generan. Detrás de todo ello encontramos física aplicada conforme a los principios esenciales de la dinámica de fluidos: el flujo transversal es mayor que la velocidad de ascensión del vapor de cocción, que se genera en ollas y sartenes. Por tanto, si atendemos exclusivamente a criterios físicos, resulta más sencillo aspirar el vapor directamente en la misma placa de cocción.

El vapor y los olores ascienden a una velocidad máxima de 1 m/s. El extractor de superficie BORA los aspira hacia abajo directamente, con una potencia aproximada de 4 m/s. El resultado: el vapor se aspira en su totalidad, las partículas de olor y grasa no llegan a distribuirse en la habitación, ni a depositarse sobre las superficies de los muebles o los tejidos. Las partículas de grasa liberadas al cocinar no se distribuyen por la habitación, sino que quedan atrapadas en el filtro de grasa de acero inoxidable.

Los extractores de superficie originales BORA muestran convincentes ventajas frente a las campanas extractoras convencionales: su consumo energético es considerablemente menor y aspiran menos aire ambiental costosamente calefactado, al trabajarse con la velocidad de flujo y no con el volumen de aire. Trabajan con mayor eficiencia puesto que el vapor, que se encuentra directamente encima de la placa de cocción, no puede distribuirse sin impedimentos por el aire, como ocurre con una campana convencional. El motor, potente y energéticamente eficiente, ahorra consumo de corriente y resulta más silencioso.