Dulces pecados con ingredientes de la huerta

Dulces pecados con ingredientes de la huerta

La pasión por la repostería le viene a Sonja Voggenauer desde niña. En 2018 se lanzó a abrir su pastelería «Zucker Alm» en Frasdorf, en la Alta Baviera, además de una escuela de repostería y showroom en Stephanskirchen, cerca de la localidad bávara de Rosenheim. Desde entonces se dedica a hacer realidad las tartas soñadas por su clientela para sus bodas y cumpleaños. Con mucho cariño y amor por el detalle e ingredientes como, por ejemplo, el calabacín, también crea bizcochos y tartas más saludables para BORA. Conversamos con ella acerca de su pasión.

BORA: Sonja, podrías comenzar contándonos quién eres y a qué te dedicas.

Sonja: Hola, ¿qué tal? Me llamo Sonja y soy de la Alta Baviera. Tengo la suerte de vivir entre el lago Chiem y las montañas, donde otros van de vacaciones, y soy repostera de oficio y de corazón.

 

BORA: ¿Cómo llegaste a la repostería y cómo nace esta pasión?

Sonja: Creo que llevo en ello desde que tengo memoria. Ya de niña me pasaba las horas en la cocina, junto a mi madre. Y esa pasión fue creciendo según fui haciéndome mayor. Llegado el momento, me encargué yo misma de hacer la tarta para mi boda, y así fue como comenzó todo.

 

BORA: ¿Cómo es tu repostería y qué es lo que más te gusta hacer?

Sonja: Lo que más me gusta es emplear ingredientes regionales y de temporada. Básicamente, me gusta aprovechar todo lo que da la huerta, aunque en ocasiones se trate de ingredientes poco frecuentes. No es raro que mis creaciones incluyan, por ejemplo, calabacín.

 

BORA: ¿Qué es lo que, para ti, define una buena tarta?

Sonja: Para mí, para que una tarta sea buena, debo querer repetir directamente nada más terminarme el primer trozo. Sólo con eso ya sé que es buena. Y también es importante que no resulte demasiado dulce.

BORA: ¿Cuál es el pedido más inusual que te han hecho hasta ahora?

Sonja: Mi tarta más extraordinaria hasta ahora la hice para una boda de estilo medieval que se celebró en un castillo. Me encargaron una tarta de varios pisos que me dio la oportunidad de dar rienda suelta a mi creatividad. El último piso lo coroné con un dragón en 3D modelado en chocolate. Ese fue, definitivamente, uno de los mejores momentos de mi trayectoria.

 

BORA: ¿Algún consejo para hacer más saludable nuestra tarta favorita? ¿Algún truco sencillo para disfrutar sin culpa?

Sonja: A mí se me conoce, sobre todo, porque mis tartas no resultan demasiado dulces: a veces, menos es más. Me gusta reemplazar el azúcar blanco por azúcar de caña integral ecológico, que no está refinado. Otra alternativa sería el azúcar de flor de coco. La harina de trigo o de espelta la podemos sustituir, por ejemplo, por harina de almendra o coco, que además aportan un sabor muy especial.

 

BORA: Cocinas y trabajas con productos BORA. ¿Cuál es tu experiencia?

Sonja: Tengo la suerte de trabajar para BORA desde hace tres años, como repostera regional. Así es como conocí los productos. Me encanta cocinar con el sistema de extracción de superficie BORA Pure, y el horno de vapor BORA X BO lo utilizo a diario en mi pastelería. 

 

BORA: ¿Qué tiene de especial el trabajar con el BORA X BO, en comparación con un horno convencional y desde el punto de vista de una repostera profesional?

Sonja: En comparación con los hornos convencionales, el X BO es para mí el claro ganador. Es muy fácil de usar y consigues unos resultados fantásticos. Las bases para tarta, por ejemplo, quedan siempre súper jugosas.

 

 

Creada expresamente para BORA, Sonja Voggenauer nos trae una tarta de calabacín muy fácil de hacer en casa:

Tarta de calabacín con crema de aguacate y limón

 

Para la crema de aguacate y limón

  • 1-2 aguacates(aprox. 200 g)
  • 250 g de yogur de coco
  • 80 g de sirope de agave
  • 1 limón ecológico
  • 80 g de aceite de coco virgen (derretido)

Para la base de calabacín:

  • 90 g de pistachos
  • 60 g de harina de coco
  • 1 ½ cdtas. de levadura química
  • 1 ½ cdtas. de bicarbonato de sodio
  • 180 g de calabacín
  • 150 g de yogur de coco
  • 150 g de azúcar de flor de coco
  • 3 huevos ecológicos (tamaño M)
  • Sal
  • 2 limones ecológicos
  • 1 ramitas de albahaca
  • 60 g de aceite de coco virgen (derretido)
  • Un poco de confitura de frambuesa y ruibarbo

 

 

Preparar la crema

Cortar el aguacate por la mitad, pelarlo y retirar el hueso. Lavar el limón con agua caliente y secarlo. Rallar la cáscara muy fina. Seguidamente, cortar el limón y exprimir su zumo. Triturar el zumo y la ralladura de limón junto con el aguacate, el yogur de coco y el sirope de agave con una batidora. Agregar el aceite de coco y volver a triturar hasta obtener una crema homogénea. Cubrir la crema con film transparente y dejar reposar entre 2 y 3 h en el frigorífico.

 

Elaborar la masa

Tostar los pistachos en una sartén antiadherente sin aceite a fuego fuerte. Después, dejar enfriar y picar finamente. Lavar la albahaca, escurrirla dándole unas sacudidas y reservar las hojas. Lavar el calabacín, secarlo y rallarlo. Rallar los dos limones.

Mezclar en un cuenco la harina de coco, el bicarbonato de sodio y la levadura química. Picar finamente las hojas de albahaca y agregarlas a la mezcla. Incorporar a la masa el calabacín rallado junto al yogur de coco, el aceite de coco, el azúcar de flor de coco, la ralladura de limón y los huevos. Agregar una pizca de sal y mezclar todo.

Repartir la masa en 3 moldes y hornear durante aprox. 20 min en el X BO (a 170°/0 % de humedad).

 

Montar las capas

Dejar enfriar las bases y después cubrir, alternando la confitura de frambuesa y ruibarbo con la crema de aguacate. Decorar al gusto con copos de coco, coco rallado, pistachos picados o flores comestibles.

 

Consejo profesional: La tarta puede conservarse entre 2 y 3 días si se guarda en un recipiente hermético en el frigorífico.