El huevo: mil y una formas de prepararlo

El huevo: mil y una formas de prepararlo

El huevo está muy presente en las celebraciones de Pascua: se busca, cuece y tiñe, y da forma a los productos de repostería más tradicionales. Razones más que suficientes para recordar las muchas preparaciones de este versátil alimento y de paso descubrir las variantes menos conocidas hasta ahora.

Fritos, revueltos, escalfados: cocinando con huevo

¿Huevos para desayunar? Podemos prepararlos de varias maneras, por ejemplo, a la plancha, todo un clásico. Una opción rápida, especialmente si los preparamos en teppanyaki de acero inoxidable o en nuestro horno Flex BORA X BO. Para hacer un huevo a la plancha en el teppanyaki, basta con engrasar la placa con un poco de aceite y seguidamente cascar el huevo. Para el X BO, todos los huevos deben tener aproximadamente la misma temperatura. El consejo del chef BORA: el recipiente de cocción perforado de acero inoxidable es la opción más adecuada.

Los huevos escalfados, que se cocinan sin cáscara y sin que el agua llegue a hervir, son una deliciosa alternativa a los tradicionales huevos a la plancha o a los huevos cocidos. Para ello sólo necesitará estos cuatro ingredientes: huevos, agua, vinagre y sal. Empiece por llevar el agua, con un chorrito de vinagre y una pizca de sal, a punto de ebullición, y casque el huevo en un cuenco.

Para que el huevo se cuaje sin dispersarse en el agua, es importante crear primero un pequeño remolino ayudándonos de un cucharón para remover el agua vigorosamente. Entonces puede proceder a agregar el huevo con cuidado, dejándolo cocinarse a fuego lento, sin que el agua llegue a ebullición, durante unos tres minutos. No se desaliente si no le sale bien la primera vez. También puede resultarle más fácil si envuelve el huevo en film transparente y lo agrega así al agua.

Huevos para desayunar con un toque diferente

Seguro que ha oído hablar del “shakshuka”. Este plato de difícil pronunciación proviene de la cocina norteafricana o israelí. Se trata de un plato de huevos que se cocinan al horno sobre una base de tomate, pimiento, guindilla y cebolla.

Un clásico más calórico de la cocina estadounidense son los huevos “Benedict” o benedictinos.  Su base es un onsen tamago: un huevo al estilo de los onsen japoneses que, según marca la tradición, se cocina durante más o menos una hora en agua caliente a aproximadamente 65 °C. El X BO se encarga de hacerlo por usted, y es que cuenta con un programa automático para ello. Una vez listo, coloque el huevo sobre una rebanada de pan con jamón y cubra con salsa holandesa.

El “çılbır” turco, otra receta típica para el desayuno, es una pizca más fácil. Basta con servir los huevos escalfados con yogur turco o griego, condimentados con ajo o pimentón. Si además los acompañamos de un pan plano turco recién horneado, estaremos listos para afrontar el día con energía. Y es que los huevos son muy ricos en proteína, por lo que los platos como el shakshuka, çılbır y similares resultan una excelente opción para comidas o cenas rápidas.

Cuestión de tiempo

A la hora de cocer huevos, el tiempo de cocción es un factor clave. Si los guardamos en el frigorífico, lo ideal es sacarlos media hora antes para que alcancen la temperatura ambiente. También se debe tener en cuenta el tamaño del huevo, así como la altitud de la cocina, por su influencia sobre el punto de ebullición del agua. Para huevos de talla M podemos tener en cuenta los siguientes tiempos:

  • Huevo pasado por agua con la yema líquida: 4 minutos
  • Huevo en su punto con la yema cremosa: 7 minutos
  • Huevo duro con la yema firme: 10 minutos

Y si se le olvida si ese huevo que tiene en la nevera está cocido o aún está crudo, hay un truco muy fácil para averiguarlo: si hace girar el huevo sobre una mesa y gira de forma uniforme, está cocido. Si no gira de forma uniforme y se ralentiza rápidamente, se trata de un huevo crudo.

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