Alcachofa fresca en el plato en un abrir y cerrar de ojos

Alcachofa fresca en el plato en un abrir y cerrar de ojos

La alcachofa no solo tiene un sabor delicioso, sino que también es un alimento desintoxicante y ayuda a quemar grasas. Su preparación se considera injustificadamente complicada porque con los trucos adecuados se pueden elaborar deliciosos platos de alcachofas en muy poco tiempo. Le mostramos cómo.

Saludable y adelgazante

Los efectos positivos de la alcachofa sobre el bienestar corporal ya se conocían en la antigüedad. Por este motivo, la flor comestible del cardo se cultivaba en aquel entonces como planta medicinal. Hoy en día, su esencia se sigue encontrando en muchos medicamentos para el tracto gastrointestinal.

Las sustancias que contienen las hojas de alcachofa ayudan a combatir la distensión abdominal, el estreñimiento, la flatulencia y la acidez estomacal. Estimulan la digestión y el movimiento intestinal, tienen un efecto positivo sobre el hígado y la vesícula biliar. Además, los compuestos amargos frenan el apetito y favorecen la evacuación.

Las otras partes de la alcachofa también tienen propiedades adelgazantes. Solo aportan alrededor de 45 kilocalorías. Esta planta también nos enseña a comer despacio. Las partes comestibles son pequeñas y están tan bien distribuidas que es necesario realizar cierta preparación previa para poder extraerlas, lo que evita la tentación de devorar todo.

Preparación muy sencilla de las alcachofas

Las alcachofas frescas son muy versátiles y pueden convertirse fácilmente en un plato delicioso. La variante más sencilla consiste en romper su tallo grueso y cocer la alcachofa entera en una olla con agua salada y un poco de zumo de limón durante aproximadamente 25 minutos. A continuación, abrirla en un plato.

La alcachofa se ve como una flor. De las hojas, comemos la base pequeña y suave. Antes de cada bocado, puede mojarlas en una vinagreta u otra salsa. Puede darle un toque de elegancia vertiendo salsa en el centro de la flor. También puede servirla por separado.

Después de comer todas las hojas, llega lo mejor: hay que quitar los pelillos blancos y densos, también llamado «heno». Debajo, como recompensa por el trabajo, se encuentra la base de la alcachofa. Esta puede consumirse inmediatamente o utilizarse para una preparación: se puede marinar, rellenar y/o hornear.

Consejos para disfrutar de unas alcachofas excepcionales

¿Todavía no ha saciado su apetito de bocadillos exquisitos? Aquí le compartimos algunos consejos para preparar alcachofas aún más deliciosas:

  • Las alcachofas más jóvenes pueden comerse (casi) enteras. Para ello, retire las hojas exteriores, corte las puntas de las hojas restantes y recorte los tallos. Corte las alcachofas por la mitad a lo largo y cocínelas en agua salada con limón durante aproximadamente 20 minutos.
  • Las alcachofas son originarias principalmente de la región mediterránea. Por tanto, las hierbas provenzales les sientan muy bien. Puede utilizarlas, por ejemplo, para condimentar una vinagreta hecha con cebollas picadas, aceite, vinagre y miel. En ella se sumergen las hojas de alcachofa cocidas.
  • Si bien las alcachofas están disponibles todo el año, saben especialmente bien en otoño, cuando se ha formado una roseta de hojas adecuada.

Dato curioso: ¿Sabía que hace algunos siglos solo los ricos podían disfrutar de las alcachofas? Antiguamente, la alcachofa era símbolo de prosperidad. Afortunadamente, gracias a su amplia distribución, su precio actual es accesible, por lo que nada no impide comer alcachofas.