Comida ligera para los días calurosos

Comida ligera para los días calurosos

Las altas temperaturas al aire libre exigen un gran esfuerzo al organismo humano. Para poder regular el calor, este necesita el apoyo de alimentos bajos en grasa y suficientes líquidos. ¿Cuáles son los alimentos ideales para el verano y cuánta agua necesita realmente el cuerpo? 

Los efectos del calor en el cuerpo 

El organismo hace todo lo posible por mantener el balance térmico. La temperatura corporal ideal se sitúa entre 36,5 y 37,5 °C. Si se producen variaciones tanto hacia arriba como hacia abajo, el hipotálamo, situado en el diencéfalo, activa contramedidas inmediatas. 

Si la temperatura es demasiado alta, aumenta la circulación sanguínea de la piel, lo que permite que el calor interno se libere al exterior. Además, el hipotálamo favorece la sudoración, lo que produce una agradable sensación de refrigeración cuando el sudor se evapora en la piel.  

Si bien estas acciones son eficaces y rápidas, lo más saludable es que el hipotálamo no tenga que intervenir en absoluto. Y es que, en el largo plazo, los órganos importantes reciben menos sangre cuando esta fluye en mayor cantidad hacia la piel, el corazón debe funcionar al máximo de su capacidad y el incremento de la sudoración priva al organismo de importantes electrolitos. Para evitarlo, puede proteger su organismo en los días calurosos de verano con una alimentación adecuada. 

Comida ligera y mucha agua en verano 

Dado que el organismo ya funciona a toda velocidad cuando las temperaturas exteriores son muy elevadas, no debe someterlo a más trabajo. Esto implica no practicar deportes de competición a temperaturas superiores a 30 °C, utilizar ropa holgada y consumir comida ligera para aliviar el tracto digestivo. Por tanto, en verano se recomienda comer principalmente alimentos bajos en grasa. 

Puede ser una ensalada, pero también frutas, verduras, carne magra y pescado al vapor. Como guarnición resultan adecuadas las patatas, la pasta o el arroz. Asegúrese también de comer raciones pequeñas para que el cuerpo pueda dedicarse a combatir el calor y no tenga que ocuparse de digerir alimentos pesados. 

Por el contrario, cuando se trata de beber, se necesitan cantidades mayores, es decir, bastante más de los 1,5 a 2 litros diarios recomendados. La cantidad exacta depende de la temperatura y la actividad física. Se recomienda beber de forma regular a lo largo del día, preferiblemente agua e infusiones sin azúcar. 

Trucos rápidos contra el calor en la cocina 

La ingesta de abundante líquido con la comida es muy beneficiosa para el organismo. Alimentos que contienen mucha agua son el pepino, la sandía, la lechuga, el apio, el tomate, el rábano, los rabanitos, el calabacín y el pimiento. Los siguientes trucos también son útiles: 

  • Una rodaja de limón o pepino le da un toque de sabor al agua. 
  • Hierbas como la melisa y la menta refrescan el interior. 
  • El caldo de verduras ayuda a evitar la pérdida de electrolitos.  
  • Las sopas frías, como el gazpacho son una bendición cuando hace mucho calor. 
  • Si el calor es muy fuerte, puede frotarse un cubo de hielo en la muñeca para refrescarse. Este refresca la sangre circulante. 

Aunque los refrescos helados sean tentadores en los calurosos días de verano, lo mejor es disfrutar de todo lo que consuma a temperatura ambiente. De este modo, su cuerpo mantiene su propia temperatura en la zona de confort y usted se mantiene fresco incluso en condiciones de temperatura muy elevadas.