Fue amor a primera vista. Pero tardaron siete años en pasar del flechazo a una relación seria: el tiempo que duraron las negociaciones de compra hasta que la casa señorial inglesa cambió finalmente de titularidad. Los nuevos propietarios son un joven matrimonio que se enamoró siete años atrás de la construcción feudal cuyos orígenes se remontan al siglo XV. ¡Y eso a pesar de que en realidad ambos tienen gustos bastante modernos! La visión de los recién estrenados propietarios era conservar lo máximo posible de lo que ya estaba allí, pero haciendo las adaptaciones necesarias para el estilo de vida actual. El edificio histórico debía convertirse en un hogar para ellos y sus cuatro hijos.