¿El café perjudica tu salud?

¿El café perjudica tu salud?

El café tiene muchas propiedades positivas: por ejemplo, levanta el ánimo y estimula la digestión. Además, los posos de café pueden aprovecharse para tratamientos de belleza, y los granos de café, para refinar algunas recetas. ¿Pero cuánta cantidad de café podemos tomar y qué pasa en el cuerpo cuando lo hacemos?

Durante mucho tiempo incomprendido, hoy celebrado

Según el British Medical Journal (2017), el café puede tener efectos positivos en la salud y el aparato cardiovascular. Pero curiosamente, hasta hoy se creía que aumenta la tensión arterial. ¿Entonces en qué quedamos? ¡Ambas afirmaciones son verdad! Después de una taza de café, se registra un aumento de la tensión arterial, pero solo por un tiempo breve. A la larga, el consumo de café tiene el efecto contrario.

¿A qué se debía, pues, esta apreciación errónea? En los estudios anteriores no se tuvo en cuenta que muchos consumidores de café también fuman. Así pues, al no diferenciar este hecho, el mal estado de salud de los sujetos de prueba se atribuía al «oro negro».

Aunque hoy se sea consciente de ello, aún queda mucho por investigar sobre el café y sus efectos en el cuerpo humano. Lo que se sabe hasta ahora: al café se le atribuye un efecto preventivo contra determinados tipos de cáncer. Disminuye el riesgo de diabetes y puede reducir también el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La cafeína que contiene aumenta la concentración y el rendimiento.

Refuerzo de la salud con algunas limitaciones

¿Pero qué hace exactamente el café en nuestro cuerpo? Lo que más se ha estudiado es el efecto de su componente más conocido: la cafeína. Acelera el pulso y aumenta la tensión arterial. Al mismo tiempo, tiene un efecto vasoconstrictor en el cerebro, lo que puede aliviar el dolor de cabeza, y mejora el aporte de oxígeno a los músculos. La cafeína nos mantiene despiertos porque bloquea la adenosina, el neurotransmisor del cansancio. No obstante, si se toma en exceso, puede provocar agitación.

Por tanto, aquí lo tóxico es la dosis. «No más de 200 miligramos de cafeína cada vez y 400 miligramos como máximo al día», es la recomendación de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Es decir: con café de filtro, se recomienda un máximo de 800 mililitros o cuatro tazas al día y con café exprés, 300 mililitros o cinco tazas al día. Naturalmente, las mujeres embarazadas deben tomar menos café, como máximo dos tazas. Lo mismo es válido para personas con determinadas patologías o un estómago sensible.

Si el café no te sienta bien, puede que el problema no sea necesariamente la cafeína. La causa podría encontrarse en alguna otra sustancia o forma de prepararlo. Prueba distintas variedades y tuestes. El cuento de la deshidratación, por cierto, también está superado. Aunque es verdad que el café es diurético, al tomarlo también se está bebiendo agua. Así que no hay razón para renunciar al café.

No te prives: aprovecha el café al máximo

Cómo beneficiarte de todos los usos que ofrece el café:

  • El café añade un toque especial en muchas recetas. Para experimentar en la cocina, espolvorea café molido grueso como aderezo de pastas o ensaladas, mezcla una cucharadita de café líquido en la salsa del asado o utiliza granos de café enteros en los postres.
  • Los posos de café pueden usarse no solo como abono, sino también en tu rutina de belleza. Como exfoliante, se puede mezclar una parte de posos de café con aproximadamente el doble de aceite de jojoba. Para prepararte una mascarilla facial, añade un poco de miel líquida y déjala actuar al menos quince minutos sobre la piel. Añadiendo un poco de posos de café en el champú se puede estimular el crecimiento del cabello.
  • Como ya sabes, al principio la cafeína te da sensación de cansancio, pero unos 30 minutos después, te activa. El efecto estimulante retardado es, por tanto, casi perfecto para una siesta corta: si te tomas un café, te dará sueño y tendrás media hora para echar una siestecita antes de que la cafeína haga efecto. Después podrás continuar con tu actividad en plena forma. Pero, por si acaso, no olvides ponerte el despertador.

Así que disfruta «tu oro negro» sin remordimientos, pero siempre con mesura y moderación.