La cocina abierta como lugar para hacer vida

La cocina abierta como lugar para hacer vida

En las cocinas de hoy en día se puede comer, leer, jugar, navegar por Internet, trabajar, conversar y celebrar. Ah, sí, ¡y cocinar! En pocas palabras: la cocina se convierte en el centro neurálgico de la casa. ¿Y cómo se consigue? Con los muebles y aparatos adecuados.

 

¿Esto todavía es la cocina o ya es el salón? Esta es la duda que se cruza por la cabeza cuando se ven algunos de los actuales santuarios culinarios de diseño moderno. Y es que en la actualidad las cocinas se funden de forma cada vez más frecuente con las áreas de vivienda que la rodean. Y no solo en planos de arquitectos, folletos de viviendas en papel brillante o revistas de inmobiliarias, sino de hecho también en casas y apartamentos reformados. ¿Tabiques de separación? Error.

 

Como los investigadores de tendencias y expertos en interiorismo no se cansan de repetir, esta comunicación entre las distintas zonas de la vivienda es una expresión de la transformación social. Puesto que cada vez más personas viven solas y, salvo digitalmente, tienen poco contacto con el prójimo, crece el número, por ejemplo, de individuos que se sienten solos y buscan por tanto alternativas de convivencia con otros. Como contracorriente al creciente individualismo buscamos un lugar acogedor donde poder convivir y compartir con la familia y los amigos, donde encontrar seguridad, protección, tranquilidad. Esta tendencia se describe a menudo mediante el concepto danés hygge, que se refiere a la comodidad y felicidad por las cosas simples. La consecuencia: la cocina se convierte en el centro del hogar. Es el espacio por excelencia para estar con los demás.

 

DE ACUERDO: ESTA EVOLUCIÓN NO ES TOTALMENTE NUEVA, SINO QUE SE VIENE OBSERVANDO DESDE HACE ALGUNOS AÑOS

 

De acuerdo: esta evolución no es totalmente nueva, sino que se viene observando desde hace algunos años. Y el hygge tampoco es que llegara ayer. No obstante, llama la atención el grado de integración actual de las cocinas en las zonas de estar de la vivienda. Es tal, que los límites entre ellas son ya muy difusos e irreconocibles. Los muebles de cocina bien podrían ser un guardarropa en el vestíbulo, o el mostrador con la placa de cocción funcionar como mesa de comedor. La clásica cocina lineal es sustituida por piezas individuales de construcción modular, algunas de las cuales están incluso en medio de la habitación. En la repisa, al lado de los libros de cocina, se encuentra la colección de novelas policíacas, y el brazo del sofá aloja en su interior las ollas de cocina.

 

Los electrodomésticos como el frigorífico, el horno o incluso la cafetera automática, se ocultan tras puertas de armarios sin pomos, ópticamente iguales que un revestimiento de pared. Como, además, son silenciosos en funcionamiento, prácticamente ni se notan. No hay nada que moleste los sentidos: ni una campana extractora la vista, ni olores de freír o cocer el olfato, ni ruidos de motores el oído. Nuestros sistemas de extractor de superficie se incorporan perfectamente en estos escenarios donde han cambiado los requisitos y se integran de forma discreta en la cocina abierta. Solo a través de modernos electrodomésticos de cocina, capaces de hacerse prácticamente invisibles, la cocina y el salón pueden fundirse efectivamente de acuerdo con el concepto de un espacio para todo.

 

EL QUE LA «LIVING KITCHEN» VAYA IMPONIÉNDOSE PROGRESIVAMENTE SE DEBE EN GRAN MEDIDA TAMBIÉN A LA URBANIZACIÓN

 

El que la «Living Kitchen» vaya imponiéndose progresivamente se debe en gran medida también a la urbanización. Cada vez más personas viven en ciudades, donde el espacio habitable es escaso y caro. Si la cocina puede asumir funciones múltiples, se ahorran valiosos metros cuadrados. Además, los espacios diáfanos parecen más amplios. Así, el que el apartamento sea un poco más pequeño no es ningún problema. Las modernas «piezas únicas» de las cocinas-salón también pueden ser de ayuda: los objetos menos vistosos desaparecen en un abrir y cerrar de ojos detrás de los paneles frontales para que siempre reine el orden; fantástico para los fieles al credo de modernos gurús de la organización como la japonesa Marie Kondo y quienes prefieren, en un mundo de superabundancia, limitar sus posesiones a lo esencial.

Fotos 1 & 2: 

Estudio de interiorismo: olina Küchen Wels

 

Fotos 3 & 4: 

Estudio de interiorismo: Celtic Interiors

Fotos: Niamh Whitty

 

Fotos 5 & 6: 

Estudio de interiorismo: Flatwhite

Fotos: Dousek-Zaborsky

 

Fotos 7: 

Estudio de interiorismo: Sylvain Liegeois

Fotos: Fabian Rouwette