La cocina de recorridos cortos

La cocina de recorridos cortos

Frente a las cocinas grandes, las pequeñas tienen la ventaja de que facilitan unas secuencias de trabajo más rápidas. Los recorridos entre las distintas zonas de trabajo son más cortos. Sin embargo, en cocinas pequeñas también hay margen de optimización en cuanto a ergonomía usando una estructura adecuada. Esto fomenta una forma divertida de cocinar que evita a la vez estrés y problemas de espalda.

Aprovisionar, almacenar, lavar, preparar, hornear y cocinar: esta secuencia la conoce todo diseñador de cocinas. Grosso modo, los expertos dividen la secuencia de trabajo en la cocina en estas cinco zonas. Un ejemplo: el cocinero o la cocinera saca las fresas del frigorífico y una ensaladera del armario inferior, lava la fruta en el fregadero y la pone en la ensaladera. Excepto hornear o cocinar en el extremo de la línea, ya están cubiertas todas las zonas de la cocina en estas pocas acciones. Para personas diestras, el profesional suele diseñar la secuencia de derecha a izquierda, y para personas zurdas, al revés. En una cocina lineal, las zonas se ubican lógicamente una junto a otra; en el resto de distribuciones, tanto en L o en U como en una isla, se ubican en lo que se conoce como el triángulo de trabajo. De esta forma el proyectista consigue que los recorridos de trabajo en la cocina sean lo más cortos posible, ya sean cocinas grandes o pequeñas. Esto ahorra tiempo y evita agobios en situaciones estresantes, lo cual fomenta a su vez el aspecto lúdico de cocinar.

Estructura como ejercicio obligatorio, ergonomía como ejercicio libre

Una disposición óptima de las zonas de la cocina no es suficiente para un ciclo de trabajo en la cocina sin fricciones. Además es importante que las alturas de trabajo en la cocina se adapten al usuario o los usuarios desde el punto de vista ergonómico. En función de la estatura y la constitución, la altura de trabajo ideal puede estar a 75 cm pero también 110 cm desde el suelo. El margen de individualización es muy amplio. Lo ideal es que entre los codos y la encimera quede un espacio de unos diez centímetros como mínimo. No obstante, respecto a la placa de cocción pueden necesitarse perfectamente 20 cm, y el fregadero puede estar más alto. Los electrodomésticos como el frigorífico, el horno o el lavavajillas deben colocarse a una altura cómoda que proteja la espalda. No solo porque sea más sano, sino también porque es más cómodo.

No nos olvidemos de la superficie de apoyo y el espacio de almacenaje

La cosa no termina ahí: una división óptima de la cocina debe contar también desde el principio con suficiente superficie de apoyo y de encimera. No hay nada más molesto que no tener espacio para trabajar cuando se está cocinando. Con cocinas pequeñas esto puede ser todo un reto para el diseñador. Sin embargo, en casi todas las cocinas hay espacios desaprovechados: solo hay que saber utilizarlos. Por ejemplo, apostando por un extractor de superficie en lugar de una campana extractora. Así, el espacio que queda libre sobre la placa de cocción puede usarse para algo como un estante especiero, que dejaría la encimera más despejada. Si además se elige un sistema compacto de placa de cocción como BORA S Pure, se ganan todavía más valiosos centímetros de encimera y almacenaje en el armario inferior de la placa de cocción.