Una cocina de acero tan colorida como un huerto

Una cocina de acero tan colorida como un huerto

El acero, un material para cocinas sinónimo de estilo industrial como ningún otro. Una cocina de acero siempre se ve limpia, lisa y funcional. Incorrecto: con su inconvencionalidad alegre y colorista, Popstahl da la vuelta a esta imagen y acaba con muchos de los prejuicios existentes en torno a las cocinas de metal.

 

El acero es robusto, resistente y duradero. Su superficie lisa se limpia fácilmente y es apta para la manipulación de alimentos. Todo ello hace del acero un material ideal para una cocina. Y es que la cocina es un espacio de trabajo, una especie de taller en torno al placer culinario en el que la funcionalidad adquiere gran importancia. "Cuando uno cocina de verdad, es inevitable tocar las superficies con las manos pegajosas alguna que otra vez. Por eso, una cocina tiene que ser fácil de limpiar", explica el arquitecto Ralf Weißheimer, quien en 2009 fundó la marca de cocinas Popstahl en Berlín, de la mano de dos socios. Desde los inicios, estas coloridas cocinas de metal con un nombre fácil de recordar han aunado una gran comodidad de uso, superficies de fácil mantenimiento y una durabilidad extrema a un atractivo diseño de líneas claras, "porque una cocina es más que un taller: también es un espacio para vivir y sentirse bien", remarca Weißheimer.

 

Heavy Metal y un estallido de color

En el mismo nombre de la marca, Popstahl, ideado por el cofundador y propietario de la agencia de publicidad SMITH, Christian Himmelspach, vibra esa característica que hace especial a las cocinas de metal: su potencial cromático. Estos muebles de cocina de chapa de acero con revestimiento de polvo se pueden fabricar en prácticamente cualquier color, desde el verde colinabo al amarillo membrillo, pasando por el rojo frambuesa. Son cocinas monocromas o mixtas, con cabida para todo el reino cromático de un huerto de hierbas aromáticas y hortalizas. Y por ello, cada cocina se adapta a cada estilo y hogar individual. "Es posible apostar por un colorido discreto, por ejemplo, empleando un revestimiento blanco para los frentes y un intenso y vistoso color naranja para los interiores. Ese acabado, con su toque sorprendente, es algo cada vez más buscado últimamente", confiesa Ralf Weißheimer. De alguna forma, esta concepción cromática también concuerda con esa alusión inherente a las cocinas Popstahl: por un lado, la calidad y el valor de una cocina de lujo; por otro, la colorida alegría y su peculiar impronta. Algo que atrae a quienes buscan lo especial, por lo que no resulta extraño que entre la clientela de esta joven empresa se encuentren numerosos artistas, autores, arquitectos y diseñadores.

 

El nacimiento de una nueva cocina

Al igual que muchos arquitectos, Ralf Weißheimer tiene "un material fetiche", como le gusta llamarlo. Para él es muy importante el empleo materiales puros. Así, hace ya diez años, cuando recibió el encargo de diseñar una cocina con su estudio de arquitectura en Berlín, no podía ser de otra forma y optó por materiales puros exclusivamente, especialmente hormigón y, gracias a aquel cliente tan valiente, metal. Aquellos muebles de acero de Austria, sobre cuya base se siguen fabricando hoy día las cocinas Popstahl, los habían descubierto él y su socio en un proyecto anterior, una remodelación de una gran clínica dental. Se trataba de unos armarios de rebotica médica y de mobiliario de quirófano, que embellecieron para la ocasión con asideros nuevos diseñados ad hoc en el mismo color que los frontales. Por último, adaptaron los muebles a los formatos convencionales del mundo de las cocinas. Y así nació la primera cocina de acero.

 

Sostenible de principio a fin

Hoy día, Popstahl continua fabricando sus cocinas en Austria. La chapa de acero completamente galvanizada se somete a un revestimiento con polvo pigmentado en el que el polvo se funde a 200 °C con la superficie del metal. Todo ello se lleva a cabo mediante corriente de origen hidroeléctrico y sin adición de disolventes. "Eso es algo que aprecian mucho nuestros clientes, especialmente quienes sufren alergias", relata el director de la empresa. Un núcleo de celulosa con forma apanalada en el interior del frente y los paneles laterales evita la sonoridad que de otra forma serían característicos de la chapa. Al toque, el material suena macizo. Y la innovación también se percibe al tacto, con unas superficies de acero que no solo suenan, sino que se sienten macizas, y cálidas.

Al final de su vida útil, los módulos de acero son reciclables al cien por cien. Pero ni siquiera es necesario llegar a tal punto: si uno se cansa del color de la cocina, basta con darle un lijado y revestimiento nuevo o, simplemente, cambiar el frente. Sin duda, gracias a la robustez extrema del material, el resto de la cocina mantendrá su buen aspecto aunque pasen los años, en especial por la particularidad de que es un material precisamente resistente al agua, al contrario que ciertas maderas. "Es algo que también gusta a quienes viven en zonas inundables", afirma Weißheimer.

 

Popstahl y BORA, una sinergia a medida

Sorprende la frecuencia con la que encontramos placas de cocción BORA con extractores hacia abajo en las cocinas Popstahl. Ralf Weißheimer nos explica el motivo: "Los extractores de superficie de BORA me dan la libertad de poder colocar sobre ellos aquello que me convenga en cada caso. Así, la cocina parece menos cocina, y eso, como arquitecto, me da mucho juego". De BORA también destaca su diseño, la facilidad de su montaje, su gran funcionalidad alta funcionalidad y un servicio excelente. Su veredicto: "Popstahl y BORA son dos productos jóvenes que combinan a la perfección".

Fotos: Anton Brandl