La transformación de una fábrica de chocolate en una casa de ensueño

La transformación de una fábrica de chocolate en una casa de ensueño

Para muchos esto sería como cumplir un sueño de infancia largamente acariciado: una antigua fábrica de chocolate se convierte en una vivienda privada. Este sueño se ha cumplido para una joven familia en Bélgica. Decorada con piezas de sus viajes, cada día se siente como un día de vacaciones.

Créditos fotografía:

Stephanie Füssenich

Lo viejo se convierte en nuevo

Por entre las hojas de un cedro centenario del Himalaya se cuela la luz, que adquiere reflejos dorados; manzanos y castaños crecen repartidos por el amplio terreno. Aquí, a unos veinte minutos de la ciudad belga de Amberes, Valerie Verbeeck, fundadora de la marca de ropa elle and rapha, y su joven familia han encontrado su paraíso.

«Fue pisar el jardín y ya nos habíamos enamorado de la parcela», nos cuenta su marido, Thomas Mortier. «Inmediatamente nos invadió la misma sensación que cuando estamos de vacaciones y lo tuvimos claro: queremos vivir aquí.» Quizás percibieron la extraordinaria historia de esta villa del año 1871, que, con sus 600 metros cuadrados, ofrece espacio más que suficiente para los cinco miembros de la familia.

La mitad del edificio la ocupa una gran estancia de techo alto con revestimiento de madera, donde antiguamente se fabricaba chocolate. El aroma de las dulces exquisiteces aún impregna los muros. Pero el interesante pasado del edificio hizo que la transformación de la vivienda resultara todo un reto: los propietarios querían crear algo nuevo conservando al mismo tiempo el carácter antiguo y único.

Familia y empresa bajo un mismo techo

Haz que de lo antiguo nazca algo nuevo: esto también lo ha logrado la familia con la decoración. Los muebles antiguos de los anteriores propietarios comparten espacio con objetos modernos, hallazgos de sus viajes a Marrakesch e Ibiza. La paleta de color seleccionada en cálidos tonos tierra aporta encanto y un toque acogedor a la personal mezcla de objetos nuevos y antiguos. Antes la familia cambiaba frecuentemente de lugar de residencia. «Pero aquí nos vamos a quedar bastante tiempo», afirma orgullosa Valerie, la madre.

En el nuevo domicilio, la pareja compagina su trabajo con su vida privada. Por su pasado de modelo, a Valerie le resultaba fácil pensar ella misma diseños de moda familiar. Entre tanto, la empresa, que lleva el nombre de las gemelas, marcha bien y con su crecimiento crece también la necesidad de espacio.

Por suerte, la propiedad no tiene escasez en ese sentido. La pequeña empresa familiar se ha ubicado en el antiguo taller de arte de la propietaria. Los pedidos se preparan bajo los elevados techos y las antiguas vigas de madera, a veces con ayuda de las gemelas, a las que les encanta echar purpurina en los paquetes.

La cocina como lugar de reunión

La cocina, en madera de nogal, es el punto de conexión entre el taller y el resto de la casa, o sea, entre la vida profesional y familiar de Valerie y Thomas. Aquí se reúne el equipo con la familia a mediodía para comer. «La cocina es el corazón de la casa. Por eso es nuestra habitación preferida», explica Valerie.

Aunque el diseño abierto del espacio también tenía sus trampas, ya que una campana extractora convencional habría estropeado la amplitud del mismo. El hecho de que optaran por instalar un BORA X Pure fue, por tanto, una decisión muy fácil: «¡Desde el primer momento nos encantó el diseño y supimos que era justo lo que necesitábamos para nuestra nueva cocina!»

Además de equipar la cocina con electrodomésticos modernos, para ellos era importante disponer de un rincón cómodo para sentarse. Y de un espacio amplio para poder recibir a muchos invitados a comer. Por ejemplo, spaghetti carbonara, uno de los platos preferidos de los niños. La cocina es un lugar para todos, a veces caótico, pero siempre acogedor. Y así es como debe ser en la casa de tus sueños.