El ARTE de la sencillez

El ARTE de la sencillez

Una visita a la casa de la diseñadora de interiores escocesa Rachel Richmond, que ha hecho de la mesura acogedora su estilo característico.

La pregunta es intrigante: ¿Cómo vive una prestigiosa diseñadora de interiores de éxito internacional? ¿Cómo es el interior de su casa? Pronto tendremos una respuesta porque nos dirigimos al domicilio de Rachel Richmond en Edimburgo. Es la fundadora de «DecorAir», un estudio de arquitectura interior que también ofrece gestión de proyectos de compra y venta de viviendas. En 2015 adquirió la casa de la exclusiva Northumberland Street. Se distribuye en tres plantas, con dos recibidores, cinco dormitorios y tres cuartos de baño. «Se construyó en 1813», nos dice la propietaria, que inmediatamente cae simpática. De trato sencillo,desenfadado. «Según tengo entendido, la casa fue en el siglo XIX un club para caballeros», dice Rachel. «La persona que vivió aquí antes que nosotros era un escenógrafo, y toda la casa estaba decorada con grandes murales. Había bastantes cosas que hacer en la casa porque en dos décadas no fue renovada. Pero desde el primer momento me gustaron las habitaciones con sus techos altos y los numerosos detalles arquitectónicos. Quería despertar a esta Bella Durmiente. Para mí era importante volver a hacer visible tanto de la construcción original como fuera posible.» Los Richmonds son una familia de cinco miembros. Por eso, la decoración debía ser sobre todo práctica y cómoda. Es decir, apta para el uso familiar. Pero al mismo tiempo, la interiorista quería aportar su propio estilo. «Me gusta mezclar lo antiguo con lo nuevo, además de distintas texturas, tejidos y colores», dice Rachel.

Sobre todo valora la funcionalidad. «Cada pieza debe tener su justificación. No me gustan el desorden ni las cosas que están de moda en un momento determinado.» Lo importante para ella es un estilo que se pueda conservar durante muchos años. Estos principios valen también para su cocina de ocho metros de largo y cuatro metros de ancho. Lo más llamativo es que todo el conjunto se concentra sobre cuatro elementos aislados. «No quería campana extractora ni ninguna cosa parecida de la que se pueda prescindir», explica Rachel. «La solución debía ser algo sutil. Por eso me decidí por BORA, ya que el diseño era discreto y atractivo al mismo tiempo. Y el principio de funcionamiento simplemente brillante.» Eso es importante para ella, puesto que la cocina da directamente al comedor. «Como trabajo mucho desde casa, a veces incluso tengo reuniones en la mesa del comedor», dice Rachel; «es prácticamente mi segunda mesa de trabajo. Una de las ventajas de BORA es que el comedor siempre está completamente libre de olores de la cocina.» La cocina en la planta baja es el centro social  de esta casa de tres plantas. Aquí incluso es donde más le gusta celebrar fiestas a la interiorista de 47 años. «En cualquier caso,  suelen acabar en la cocina», como bien sabe la dueña de la casa, «así que por qué no empezarlas aquí directamente.

» La apasionada cocinera se pone entonces ella misma frente a los fogones. Algunos amigos que la ayudaban a cocinar,  se preguntaban dónde estaba el extractor. «BORA tiene un diseño maravilloso y reúne funcionalidad, artesanía y calidad», dice Rachel. «Por eso recomiendo encarecidamente la marca a nuestros clientes.» El diseño del sistema BORA Classic 2.0 también se refleja perfectamente en su caso mientras cocina: «Soy una cocinera muy organizada; siempre tengo que tener todo perfectamente ordenado. Por eso, voy fregando a la vez que cocino. Así, después de comer solo quedan los platos por lavar.» La casa de Rachel se divide en una planta baja donde están la cocina, una sala de televisión y un cuarto de invitados; una planta intermedia reservada a los padres; y la planta superior,  que es territorio de los niños. Como idea global,  para la interiorista escocesa era importante respetar las características originales de la  casa, combinándolas con su toque personal.  «A la hora de diseñar, prefiero la sencillez unida a una división inteligente de los espacios», explica Rachel, que antes de su ocupación actual, trabajó en los sectores editorial y de la televisión. Llaman la atención algunas obras de arte de la casa seleccionadas entre Rachel y su marido Adrian. Pero para el resto de la decoración, él le da a ella carta blanca. De este modo, su distinguido domicilio es la mejor publicidad del versátil pero inconfundible estilo de esta famosa interiorista.

Fotos
EVELYN DRAGAN

Texto
MARTIN FRAAS